jueves, 19 de febrero de 2009

Pildoritas


Aspirina para el dolor de cabeza. Lorazepam para los atascos. Prozac cuando no hay trabajo. Redbull para el sueño. Viagra para vasodilatar los tiempos de crisis...
Alprazolam, Risperdal, Valium, Paxil, Ativam, Lexatin, visto queda: No hace falta rozar la ilegalidad para andar todo el día bien arriba. Puedes incluso llevarlas en la guantera de tu auto y a la vista de todos: No pasa nada. Serás un yonky socialmente aceptado, un adicto de salón, una víctima más del estrés urbano.
Sólo tienes que acudir a tu médico de cabecera, decirle que sufres de ansiedad, que te encuentras un tanto apagado y apático, y a vivir. Su receta será el billete que te lleve a tu propio paraíso artificial. Te sentirás bien siempre que quieras y tranquilo cuando lo necesites. Sin sentimiento de culpa: Cada viaje cuenta con el aval de un profesional de la medicina.
Y con el tiempo buscarás el atasco como excusa para meterte otra pastilla redonda bajo la lengua. Buscarás problemas por doquier para justificar cada nueva ingesta de cápsulas blancas y rojas. Y a tu creciente adicción le llamarás supervivencia. Y sólo así te sentirás la persona más feliz del mundo. De eso se trata, ¿no?


Al hablar de la cantidad de psicofármacos que puedes llevar en la guantera del auto me refiero a la guantera del auto de otro... compañero.
Tengo muchos... compañeros, ¿sabes?