sábado, 5 de julio de 2008

Dios...

Acabo de atropellar a Dios.

Lo que no consiguió la pluma de Nietzsche a lo largo de 171 páginas, lo he logrado yo (sin querer) con la defensa delantera de mi carro. Me siento fatal.

Bueno, a ratos...

¿Y ahora, qué?.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

y si atropellas a Dios, a que hospital lo llevas?

Pischolicious dijo...

Eh...? yo k se... simplemente huí del lugar como cualquier persona lo hubiera hecho, solo esperemos k el poder de la fe lo cure